lunes, 23 de septiembre de 2019

La alquimia



En la historia de la ciencia, la alquimia es una antigua disciplina filosófica que combina elementos de la Química, la metalurgia, la Física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo y el arte. Fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, India y China, así como en la Antigua Grecia, el Imperio romano, el Imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2 500 años.

La palabra clave entre los alquimistas era "transmutación", que se refería a su deseo de transformar metales viles y baratos en oro, y pasar de la ancianidad a la eterna juventud.

En la historia de la ciencia, la alquimia es una antigua disciplina filosófica que combina elementos de la Química, la metalurgia, la Física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo y el arte. Fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, India y China, así como en la Antigua Grecia, el Imperio romano, el Imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2 500 años.


La palabra clave entre los alquimistas era "transmutación", que se refería a su deseo de transformar metales viles y baratos en oro, y pasar de la ancianidad a la eterna juventud.

La filosofía natural de Aristóteles influyó en el pensamiento de los alquimistas y estuvo presente hasta el siglo XVII. De acuerdo con Aristóteles, el plomo y el oro estaban hechos del mismo tipo de materia, pero su forma era diferente, por lo tanto, era factible, entonces, despojar al plomo de sus cualidades e imponerle las cualidades del oro realizando así la transmutación o cambio del plomo en oro.

Los alquimistas estaban en la búsqueda de una cierta sustancia que se suponía ayudaba a despojar de sus cualidades a otras. A esta sustancia privilegiada se le llamaba "piedra filosofal". Además de la riqueza, los alquimistas también buscaban la curación de las enfermedades y la neutralización del envejecimiento. Por eso, otro nombre para la piedra filosofal era "elíxir de la vida".



En su empeño, los alquimistas tenían a su disposición toda una serie de técnicas para la descomposición de sustancias que se habían desarrollado previamente, con fines estrictamente prácticos. Por ejemplo, para averiguar cómo estaba compuesta la materia, los alquimistas destilaban cuanto caía en sus manos. Destilar un líquido consistía en separar, por calentamiento, lo que llamaban su "espíritu", el cual, convertido en vapor, surgía libre de impurezas. Diseñaban aparatos para condensar y recoger estos "espíritus", y a este proceso lo llamaron sublimación.

Otra técnica utilizada era denominada "doblado del oro", que consistía en fundir una "semilla" de este metal con otro más barato, como el cobre. Aunque estaban convencidos de haber realizado una transmutación, ahora se sabe que sólo fabricaban aleaciones, es decir, mezclas de metales.

Muchos instrumentos y métodos para trabajar las sustancias todavía se utilizan hoy en día. El primer alquimista de quien se tiene noticia es Zósimo de Panópolis (siglo III n.e.), quien menciona a una alquimista llamada "María, la judía", inventora de aparatos para calcinar, destilar, sublimar, y otras operaciones hoy cotidianas en los laboratorios modernos. A ella se le atribuye el diseño del "baño María" para mantener calentamientos suaves y prolongados. A pesar de haber fracasado en su meta final, el trabajo incansable de los alquimistas consiguió que mejoraran estas técnicas y se crearan otras muchas nuevas, por lo que su esfuerzo no fue inútil. Se perfeccionó la destilación, la extracción, la fabricación del jabón, las aleaciones metálicas, la Medicina, el tratamiento del vidrio, la fabricación del papel y tintas, etcétera. También hubo progresos en el conocimiento de la obtención y comportamiento de sustancias como los ácidos y el alcohol.

La mentalidad de los alquimistas empezó a dar un giro a fines del siglo XVI y principios del XVII. La fidelidad a Aristóteles y su filosofía natural estaba siendo sustituida, cada vez más por la idea del átomo. El atomismo provenía de Demócrito, filósofo anterior a Aristóteles, quien aseguraba que si la materia se dividía indefinidamente, se llegaría a una partícula fundamental, a la que llamó "átomo", que significa "no divisible".


Fuente: URUCHURTU, "El largo viaje de la alquimia a la química", en
¿Cómo ves?, núm. 77, México, UNAM, 2005, p. 26.